RESEÑA
En un país en el que la política se ha
instalado en la vida cotidiana de sus habitantes, en un país en el que
cada quien se ve obligado a optar por pertenecer a un bando político o
al otro, no hay posibilidad para la concordia: amigos que se pelean,
familias que se dividen, exiliados que apenas pueden llevar rencores al
nuevo hogar. En 1852, la caída de Rosas no ha apagado lo que dos
décadas de división. Clara del Carril, sin embargo, ha crecido en la
estancia de sus tíos, ajena a las circunstancias que obligaron a su
padre a malvender a Charles Gale el campo que poseía y a instalarse en
Uruguay. No
puede borrar de su mente, a pesar de todo, el incendio que
sufrió la propiedad vendida, que allí murió su madre, que ese hecho
precipitó la decisión de Francisco del Carril de exiliarse, de
abandonarla. El fuego la asalta en pesadillas casi a diario. El retorno
paterno es para ella una ilusión incumplida: Francisco apenas le dedica
el desdén. El tiempo lo ha amargado, aborrece la muerte de su esposa,
culpa a la familia Gale del incendio del campo. Cuando Clara encuentre
un sosiego en la compañía de Martín Gale, las heridas de la división
política dejarán ver que no han cerrado. Claudia Barzana nos entrega una
novela construida con precisión y preciosismo: la vida en el campo, las
tertulias del Club del Progreso, los enfrentamientos entre familias, el
misterio de un pasado incógnito y un amor desafiante.
Buena lectura!
MORGANA
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